Sunday 31 January 2010

Metrópolis, 1927


Director, Fritz Lang

Supongo que es algo complicado hablar de una película como esta sobre la cual todo cinéfilo debe tener una opinión. A mí personalmente me sorprende que la película sea tan larga, con un final tan positivo (y por tanto poco o nada creíble) y que a pesar de que invierte tanto en decorados, sofisticados escenarios y mensajes épicos de la impresión de ser naïve. Históricamente la época en al que se filmó fue un periodo complejo en el que la República de Weimar supuso un momento de cambio y revolución cultural para Alemania. La influencia de la revolución comunista transformó la estructura social de dicho país y me imagino que Lang intentó reflejar la dirección que estos cambios deberían de llevar, de alguna manera.

Siguiendo la inocencia que Lang nos ofrece, es curioso que a pesar de la esperanzadora formación del bloque comunista, expresara en su futurista película un mundo dividido en dos clases sociales. Supongo que quizás como artista quisiera expresar su reconocimiento de que la sociedad es en sí injusta, pero que a la vez su obra pudiera ser un éxito comercial en un mundo que estaba intentando frenar la revolución rusa. De hecho su inspiración visual vino de sus visitas a Nueva York, ciudad de altos edificios y grandes contrastes sociales.

Por todo ello creo que a nivel psicológico la película representa un rechazo a la posibilidad de que la clase trabajadora pueda tomar las riendas de la sociedad, puesto que ellos representan el corazón de la humanidad, y el cerebro (los ricos y burgueses) es el que toma las decisiones. Lang dio un voto conservador a favor del mundo capitalista. Su película futurista es por tanto prejuiciosa y burguesa, plagada de tópicos que insultan a la clase trabajadora (e.g. la masa es estúpida, emocional, sin control, necesitada de una fé patética, sin dirección). Pero también reflejan el sentimiento jerárquico que ha dominado en Europa desde siempre. Lang como director es por lo tanto un reflejo de su época y todo lo que aporta en efecto visual no hace más que acentuar lo que va a venir después; la era del márketing, el vacío de contenido, el consumo, la pompa y la vanidad.

Knowing, 2009


Director, Alex Proyas

Knowing parece ser una película apocalíptica donde los alienígenas tienen un papel mesiánico. El filme está estudiado al detalle para ser mediático, comercial y por ello las escenas donde estudiantes del famoso MIT parecen ser reflejados como estudiantes de primaria contestando preguntas de colegial. Esto obviamente es un efecto bastante cutre.

Su presentación facilona hace que sea entretenida de ver y que el misterio de los números y la magia que tiene el tiempo y la mera existencia física sean algo agradable de explorar. Pero de nuevo, la aparente complejidad de los números dictados 'by the wispering people' hace sentir que todo eso era un artefacto innecesario cuando la verdad se revela al final de la película.

El otro aspecto más oscuro es la angustia existencial que revela la cinta. No es la humanidad la que se destruye, es el mundo anglosajón. Son ellos los que quieren el final del mundo porque no saben en qué dirección hay que ir. Prefieren que los alienígenas tomen el mando a que los chinos, los hispanos o cualquier otro pueblo proponga una solución. La cultura anglosajona se ve abocada a un final trágico, abrupto, apocalíptico. Hay que buscar un cometa, un destello brutal del sol o cualquier otro destino final para la humanidad puesto que ellos no quieren que continuemos. El mensaje finalista por tanto encaja bien con la tensión autodestructiva de los anglosajones, que son tan propensos al suicidio y a la destrucción masiva.


Saturday 16 January 2010

Agora, 2009


Director, Alejandro Amenabar

Se supone que este blog es sobre películas vistas en versión original. He visionado esta película en el cine en Sevilla, aprovechando mis vacaciones. Amenabar supongo pensó esta película en español, y por tanto aunque su performance es en inglés, asumo que la versión original es española.

La película se me hace algo lenta, quizás por la costumbre que tengo de ver películas de horror y con tramas un poco más simples. Sin embargo, la factura es impecable en todos los sentidos. Es una pena que Amenabar haya hecho esta película en inglés puesto que no creo que la mayoría de las personas que tienen el inglés como primer idioma y que sean aficionadas al cine puedan apreciarla. Es una cuestión cultural aunque obviamente las minorías cultas las hay en todas partes. Le deseo suerte en el mercado internacional puesto que esta gran obra merece todos los honores, y que la próxima gran película la haga en español, puesto que no merece la pena hacer una película en un idioma que de por sí es incapaz de entender la cultura mediterránea. Esto sólo lo digo por la amargura de ver con qué desprecio se ha recibido esta película en el mundo anglosajón.

Me siento agradecido de haber visto este filme porque engarza muy bien con mi forma de pensar, esto me obliga a hacer una disgresión. Creo que Hipatia y sus amigos vivieron una oportunidad única para adaptarse y salvar la biblioteca. Su cabezonería y arrogancia los hizo impopulares y una nueva forma de organización social los barrió del mapa. Creo que Hipatia simboliza la idea del científico o filósofo clásico. Esto es, la de un aristócrata que vive por encima del populacho y al margen de lo que pasa en la sociedad. Su mundo es un mundo hegemónico y centralizado. Esto lo hace rígido e incapaz de sobrevivir un ataque político o social. Creo que esto está bellamente representado en el carácter de Hipatia. La locura de Hipatia es la locura de todo aquél que le da la espalda a la sociedad. Hoy día tenemos poderes hegemónicos que caerán como las torres gemelas, pero si queremos salvar nuestras bibliotecas debemos de pensar y actuar de manera diferente a como actuó Hipátia y sus correligionarios.

Saturday 2 January 2010

The Brain that Would not Die, 1962


Director, Joseph Green

Esta película que compré en Nueva York, es un buen entretenimiento para el cinéfilo paciente. Contiene interesantes ideas y preocupaciones relacionadas con la mente de un Fausto contemporáneo. Bill es un cirujano muy atrevido y apuesto que siente que la vida nos provee de un status biológico demasiado limitado y frágil. Bill como héroe científico intenta ir más allá de lo convencional y explorar los límites de la vida. Sus conocimientos son puestos a prueba cuando él y su novia tienen un grave accidente automovilístico y ella sufre un impacto mortífero. La censura de sus iguales no lo detiene y por desgracia una serie de acontecimientos inesperados lo llevan a una situación imposible de resolver. De nuevo como en toda la tradición narrativa y de cómics cristiana, la ambición científica es construida como un sentimiento inadecuado y que es castigado por las fuerzas inexplicables e incontrolables de la naturaleza.

Hay que decir que esta película puede hacer rechinar los dientes a más de uno, tanto si se mira los aspectos técnicos, efectos especiales, secuenciación de imágenes o de guión. Pero sin embargo, si uno es capaz de ser tolerante con escenas artificiosas, situaciones inverosímiles y actuaciones de aficionado, lo cierto es que hay algo interesante que salvar de esta cinta. Por ejemplo, en aquélla época en la que se hizo es probable que nadie hubiera visto antes una mesa de operaciones o cómo se operaba. Tampoco creo que muchos supieran cuál puede ser el resultado de un accidente de tráfico sin llevar cinturón de seguridad, porque la mayoría no tendría coche. El nefasto maquillaje del monstruo, o el exiguo laboratorio del científico loco, serían detalles menores para una audiencia todavía poco preparada para esta mezcla de ciencia ficción, horror y cuento apocalíptico. Estos son aspectos históricos interesantes que ayudan a comprender la psicología de la audiencia. Creo que por tanto ver una película de este tipo ayuda a valorar y entender el cine como expresión humana que está ligada a las circunstancias de la época.

Halloween, 1978


Director, John Carpenter

Esta es la película original de Carpenter que por razones ajenas a mi voluntad he visto después de la de Rob Zombie. Por ese motivo he experimentado la película de una manera curiosa. Me ha parecido una película más europea y menos preocupada por las formas o por lo cinemático, como diría Tarantino de lo que me esperaría. Por otro lado, es de destacar que Carpenter se focaliza en la construcción de un asesino de clase media que supuestamente ha nacido con el mal metido en el cuerpo. Sus víctimas son criaturas de algún modo focalizadas en el mundo hedónico y simple. La construcción del personaje sugiere un perfil de antihéroe, que es invulnerable ante los vanos intentos de aniquilarlo. Esta caracteriología tiene similitudes con las desarrolladas por Hichtcock en Psychosis, pues se sugiere que la falta de salud mental es algo innato y también inexplicable como el comportamiento de los pájaros en la otra excéntrica película del mismo director. Interesante filme que recomendaría ver antes que sus remakes.
 

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