Monday 15 August 2011

Andrei Rublev, 1966

Director: Andrei Tarkovsky

A diferencia de la anterior, ésta es una cinta completa que aborda muchos problemas y temáticas. Como maestro fílmico, Tarkovsky sí que muestra capacidad para hacer la historia redonda y diáfana. Al verla me recordó una compleja conversación que tuve con un físico hace muchos años. En dicha tertulia hablábamos sobre la posibilidad de viajar en el tiempo y ver el pasado. El dedujo que la única posibilidad sería ir al pasado pero sin poder interaccionar con el mundo. Al final acabó concluyendo que veríamos todo como si fuera una imagen imposible de tocar o alcanzar. Sin darse cuenta describió al cine. En este filme Tarkovsky es capaz de transportar al espectador al pasado con gran eficacia. Todo está cargado de autenticidad. Los personajes son creíbles y llenos de sentimientos que no parecen fingidos, sino directamente desarrollados en un escenario real. Sus reacciones son tan humanas y al mismo tiempo tan profundas que arrebatan al verlas. Todo surge como si tuviéramos una visión divina y poderosa para captar los fenómenos históricos sin presunciones. Los personajes son tan perfectos que uno puede identificarse con ellos y comprender al instante el porqué de sus acciones y pensamientos, incluso cuando éstas trascienden lo inmediato y refieren a un sentido de misión espiritual en el mundo. Un momento histórico de la nación rusa es así eternizado en esta epopeya. A pesar de todo, la obra refleja las preocupaciones y posiciones sociopolíticas del artista y en ese sentido puede que el guión contenga ese sesgo. En este sentido no creo que la nación rusa deba tener como puntos esenciales lo que Tarkovsky promueve, pero en sí es una visión válida. Una gran película que todo el mundo debería ver para apreciar la impresionante historia de los pueblos europeos. En cuanto a los caracteres, son complejos y reflejan un modo de pensar clásico, en el cual se espera que los individuos encuentren la esencia de la vida y puedan expresar ética y artísticamente sus sentimientos ante una vida social impregnada de tragedia y crueldad. La religiosidad como articuladora de grupos e individuos permite a los hombres encontrar sentido al caos que supone ser consciente de las fuerzas sociológicas y una estructura que ofrece una identidad cristiana a la mente rusa. Tomando perspectiva de estas ideas puede que Tarkosvky respondiera al autoritarismo estatal idealizando otros momentos de la historia rusa, igualmente basados en dogmas y grandes sacrificios, pero donde los artistas no tenían las restricciones que los contemporáneos de Tarkovsky tuvieron que experimentar bajo régimen comunista. Sin embargo, es fácil ahora ver que hubiera sido imposible para un artista en la edad media el poder haber pintado cuadros abstractos o 'ateos' o simplemente de naturaleza no religiosa.

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