Outland, 1981

Director, Peter Hyams

Esta es una de esas películas en las que el título en español (Atmósfera Cero) parece mucho más sugerente que el original inglés. A parte de la decepcionante historia de sheriff espacial, esta película tuvo que ofrecer un espectáculo visual sobre cómo sería la vida laboral en un mundo extraterrestre. Creo que a ese nivel la película construye un ambiente creíble para un público salido de la crisis de los años setenta. Alienación, drogas, prostitutas y mucho trabajo. A diferencia de los comentarios que he visto en otros lugares, esto no me parece un tema anticapitalista, sino más bien una proyección ideal de la realidad laboral estadounidense.

A parte de eso no queda mucho que comentar constructivamente. Desde un punto de vista psicológico no se explica cómo el super sheriff captura un enorme alijo de droga y los trabajadores no sufren ningún tipo de síndrome de retirada, es decir, habiendo sustraído la mercancía ilegal los adictos tendrian que estar subiéndose por las paredes.

Otra patética muestra de la arrogancia de Hyams es el enfrentamiento final entre el Marshall y los malos. Nada creíble y en la que el mismo Bruce Willis hubiera actuado mejor que Sean Connery. Esta parte de la película parece convertirse en una pura descripción visual de un mundo exógeno en la que dicha narración visual se vuelve lo más importante y la lucha entre buenos y malos se vuelve un mero tópico sin sorpresas.

Es una pena que uno no pueda disfrutar más en este filme del estudio de la complejidad de la vida humana en circunstancias artificiales. La vida en una mina en los extrarradios del sistema solar es un buen escenario que podría dar lugar a muchas posibilidades pero el resultado de esta cinta en particular es simplemente un desperdicio de presupuesto y de efectos especiales.

Por cierto, en el DVD se comenta que esta película innova en el campo de la mezcla entre imágenes de fondo espacial con la de los actores. Estoy de acuerdo en que en este sentido la película es buena, pero al final, una buena película es una historia bien contada y eso es lo que vale. Y Outland no es más que un intento.