Director, Jake Kennedy
Esta cinta es adecuada para un visionado sin grandes espectativas a nivel de efectos especiales, como uno se puede esperar, sin embargo, contiene un gran número de elementos entretenidos que hacen enriquecer la experiencia zombi. Por ejemplo, los zombis no contagian con su mordedura puesto que están controlados por criaturas alienígenas que han invadido los cuerpos de los infortunados seres humanos.
El proceso de indagación sobre las causas del desastre está aderezado por una convivencia compleja y tensa entre minorías sociales (e.g. gays, militares, curas, estudiantes de medicina fracasados, etc) que conlleva vivisecciones y autopsias interesantes. Los efectos especiales y el presupuesto no dan para más, pero eso no importa. Lo bueno es el derroche de ideas, como el de usar una base militar abandonada y de aportar diálogos políticamente incorrectos. A pesar de todos estos puntos buenos, en cuanto al guión, no me queda claro cómo los protagonistas se acaban dando cuenta de que los alienígenas llegaron empaquetados en un meteorito. Supongo que se olvidaron de especificar esta parte un poco más.
Otro aspecto valioso de la cinta es la dinámica entre los dos protagonistas que sufren el sentimiento de traición y culpa por un embarazo inexplicable. A esto le sigue el éxtasis ante la comprensión ulterior del drama (al comprender el motivo del embarazo y también cómo combatir a los aliens). Creo que dicho aspecto narrativo de la historia le da un tono positivo a la horrible sensación de ser los últimos humanos en el planeta y da un resultado muy satisfactorio a la historia. Con un poco más de dinero se podrá hacer un excelente remeik.
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